Bienvenido a “El Pirata, Fanzine Suburbial Alegórico”, donde casi todo tiene cabida: Cuentos cortos, Cómics, Ciencia Ficción, Cine, Ilustración, "Recopilatas" graciosas, Tute arrastrao, Fúrbol, Humor chispeante y chistes de vascos, Memes de Arbeloa, Demagogia barata, Sexo, Drogas, Rock & Roll… De tó. Únete a la fiesta. ¡Visite nuestro Blog! ¡A Todo Color!
Proponían en este estupendo blog http://clubdeescritura.blogspot.com.es/un curioso ejercicio creativo. A partir de una Mini Ficción de José María Merinotitulada: “Fin” (cojonudo relato de ciencia ficción, todo sea dicho) había que
escribir variantes y finales alternativos. Me encantó la idea y pergeñé mi
versión. Luego visité varias veces el “post” para ver si alguien más se había
animado, pero nadie lo hizo. ¡Una pena mora!... Rescatamos ahora para “El Pirata”
Fanzine esos dos textos. Espero que os gusten.
Fin
El
profesor Jones había estado trabajando en la teoría del tiempo durante muchos
años.
-Y
he encontrado la ecuación clave - le dijo un día a su hija-. El tiempo es un campo. Esta máquina que he
construido puede manipular, incluso invertir, ese campo.
Pulsando un botón mientras hablaba,
añadió:
- Esto
debería hacer que el tiempo fuera al revésal fuera tiempo el que hacer debería esto: Añadió, hablaba mientras
botón un pulsando.
- Campo
ese, invertir incluso, manipular puede construido he que máquina esta. Campo un
es tiempo el. - Hija su a día un dijo le - clave ecuación la encontrado he y -.
Años muchos durante tiempo del teoría la
en trabajado había Jones profesor el.
Fin
José María Merino, "La glorieta de los fugitivos" (Minificción Completa)
La Máquina del Tiempo
La hija del
profesor Jones entró en el laboratorio y se llevó un buen susto. Un anciano
decrépito, con un bebé de pocos meses en los brazos la miraba con los ojos
arrasados en lágrimas.
- ¿Quién
es usted? ¿Cómo ha entrad...
- Soy
yo, hija... Soy tu padre... La máquina del tiempo no funciona exactamente como
estaba previsto.
La mujer
observaba horrorizada como el anciano se iba consumiendo por segundos,
envejeciendo a una velocidad de vértigo. El bebé, que ya no era tal porque
parecía tener dos años, le empezaba a resultar vagamente familiar.
Englobado en los actos de un curso sobre creación literaria que programó en su día la Biblioteca de Guadalajara, Castilla, tuve el placer de asistir a un encuentro con el académico y escritor José María Merino. La Charla Coloquio, por así llamarla, fue muy didáctica y amena y versó sobre una modalidad narrativa cada vez más en auge: el Micro Relato.
Como su propio nombre indica, el Micro Relato es una historia contada en muy pocas palabras, una narración escueta, densa. Un relato breve que muchas veces queda abierto, para que el lector complete en su mente lo que subyace en tan pocas lineas de texto. Merino, que prefiere llamarlos "Mini Cuentos" o "Cuentos Quánticos", nos da su particular visión acerca de la creación literaria:
"La Humanidad construye su realidad a través de la ficción. La realidad siempre está ahí, en la Naturaleza, en el Universo, donde las cosas ocurren, sin más, pero los seres humanos las interpretan, las pasan por el tamiz de su inteligencia, de su imaginación, y las transforman. Podríamos decir que Literatura es la historia narrada de lo que nos pasa, algo así como el instrumento que nos permite no sólo viajar por la realidad de la vigilia, sino también por la realidad de los sueños. Y no se puede viajar por esos dos sitios a la vez sin utilizar la fantasía y la imaginación."
Preguntado sobre cuales serían las claves para construir un buen Micro Relato, Merino nos comenta que no hay ningún secreto, que "Básicamente tienen que tener movimiento, cambios,
interés... y sobre todo, Sorpresa".
José María Merino, que nos aconseja encarecidamente leer los cuentos de Chejov como ejemplos de relatos cortos perfectamente construidos, hace una encarecida y romántica defensa del libro como vehículo ideal de transmisión de cultura:
"La realidad virtual de los medios audiovisuales y la informática abren nuevos espacios, pero sigue habiendo un viaje secreto, que sólo puede hacer cada uno, y que se hace a través de las palabras escritas. Y es un viaje maravilloso, estimulante, no necesita pilas ni software sofisticado. Luego hay otros aspectos, como el gusto por la aventura o el valor de la amistad; pero sobre todo es que los libros en sí mismos son un gran placer, si sabemos encontrar el camino de entrada, que ha de contar con paciencia y un poco de generosidad por nuestra parte. Lo demás se dará por añadidura. Y será un idilio para siempre." Merino es un escritor cercano, que sabe transmitir el entusiasmo que siente por su vocación y por su trabajo. Durante la conferencia, nos va obsequiando con la lectura de diversos ejemplos de Micro Cuentos, unos suyos y otros ajenos, que hacen las delicias del auditorio. Este - nos dice - es un cuento chino milenario, anónimo, que contiene la esencia de lo que debe ser un buen relato corto.
En un pueblo perdido en una lejana montaña de
China, vivía una familia de campesinos. Ninguno de sus miembros había viajado a
la gran ciudad y no conocían las maravillas del Imperio. Un día, acuciado por
la necesidad, el campesino hubo de irse a la capital para intentar vender allí
la cosecha de arroz de ese año. Antes de partir, el aldeano preguntó a su mujer
si deseaba algo de la ciudad y ella le pidió un peine.
Tras vender su arroz en la ciudad, el campesino se reunió con unos compañeros para celebrarlo, y
bebieron y bailaron largamente. Llegó el momento de regresar y de pronto, un tanto confuso, se acordó de que su mujer le había pedido algo, pero ¿qué era? No lo
podía recordar.
Entonces compró en una tienda un objeto que nunca había visto y
lo maravilló: un espejo. Y regresó al pueblo.
Entregó
el regalo a su mujer y se marchó a trabajar sus campos. La mujer se miró en el
espejo y comenzó a llorar desconsoladamente. La madre le preguntó la razón de
aquellas lágrimas.
La mujer le dio el espejo y le dijo:
- Mi
marido ha traído a otra mujer, joven y hermosa.
La madre cogió el espejo, lo miró y le
dijo a su hija:
Cómo acabar para siempre con “Los códigos
Da Vinci”
-
¿Nunca oíste hablar de la secta secreta del Séptimo Evangelio?
Ella negó con la cabeza.
- Normal
- dijo Stanton, un tanto decepcionado
por la estupidez de su propia pregunta -
es lo que tienen las cosas
secretas, que muy poca gente ha oído hablar de ellas. Pues verás, existe un
Evangelio Secreto, escrito por doña Jezzabel de Canaan, vecina de una cuñada
del mismísimo José de Arimatea, en el que se afirma que Jesús no solo era
bastante tartaja, sino que también era un bisexual irredento.
- De
piedra me dejas - apuntó Marie François, boquiabierta.
- Y
no solo eso - Stanton continuaba desvelando misterios mientras miraba
fascinado el labio inferior de su boquiabierta interlocutora - según este apócrifo, María Magdalena engendraría
una estirpe de Hijos de Dios... Oyes bien: no esa tontería de que todos somos
hijos de Dios... Los descendientes de la Magda y el Gran Tartaja son los
auténticos Hijos de Dios, descendientes directos del Único Hijo Verdadero que
tuvo Jehová, pájaros mediante.
- Pero...
pero... - la francesita no daba crédito - la Iglesia nos dice que todos somos hijos de Dios. Y si todos somos
hijos suyos ¿Por qué Jesús es más hijo de Dios que yo? ¿Qué pasa, también hay
nepotismo en el Paraíso? ¿Predilectos? ¿Hijos de Papá habemus?
- No
te hagas líos, mi boquiabierta Marie François, el Cielo es un estrado de castas
perfectamente organizado.
- Ya,
pero me resisto a creer que el Ser Supremo, creador de Universos, se dedique a
algo tan mundano como tener hijos en Oriente Medio.
- Pues
ahí lo tienes, chata. Y para muestra, un botón; cito literalmente la página 666
del Santo Evangelio de Santa Jezzabel de Canaan:
“Y dijo entonces el Mesías con el tono
grave y circunspecto del que se sabe Hijísimo de Dios porque se lo ha dicho una
voz desde el lóbulo frontal: Tú, María, darás tu nombre a millones de bollos
por los siglos de los siglos”
- ¡¡Las magdalenas!!
- Ahí
lo tienes, carne de su carne, sangre de su sangre, bizcocho de su bizcocho...
¡Ay, hija mía, qué pocos son conscientes de que son Seres Superiores! Tal vez
Florentino Pérez y pocos más... ¡Tu, hija mía, tu eres Hija de Sión! Tu sangre
lleva genes de Magdalena... La mía, “sin en cambio”, tan solo de sobaos
pasiegos caducados, Yo te alabo, ¡Oh mi diosa de nácar, deja que te bese ese
labio leporino que me está poniendo palote desde el principio de nuestra
conversación! Deja que te alabe, que me alabe, que nos alabemos.
- ¡Hala, vete! ¡Estás loco Stanton!
- No
solo eso, también soy el Líder de la Secta Secreta de los Alabadores del
Séptimo Evangelio de los Últimos Días. Mis acólitos se han sacrificado por
Dios; Los más se han cortado la polla con cristales de culos de botella de
sidra El Gaitero.
- Los
más jilipollas, colijo.
- Coliges
de puta madre.
- ¿A
Dios le ponen los sacrificios de pollas cortadas con cristales de culo de
botella de sidra El Gaitero?
- No
sé, tu sabrás, tu eres su hija - Un silencio tenso se mascaba en la
estancia. Stanton sudaba a chorros y su mano había comenzado a descender hacia
la bragueta.
- ¿Serías
tan amable de pedirme un taxi, Stanton? Acabo de recordar que he dejado en casa
el aceite calentándose para freírme unos nuggets de pollo.
- Vale.
Rafael Martínez Sainero, Pirata, por el 2000,
más o menos.
Cómo acabar para siempre con "La Novela Histórica". Anécdota jocosa de don
Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido por todos como El Cid Campeador
Demos
crédito a las especulaciones históricas de don
Nicolás Fernández de Moratín y a las del señor de Mena, y situemos al Campeador
penetrando por la imponente puerta de Al-Kalat
las fortificadas murallas de la almudaina de Magerit en el año de Nuestro Señor
Jesucristo de 1081.
Iba
el valeroso guerrero cristiano a correr toros, invitado por varios reyezuelos
moros de la ribera del Henares, que eran sus clientes, e iba escoltado tan solo
por quince de sus mejores hombres, ya que el alcaide de la plaza fuerte, MuláCadí Ali-Atar, no permitió que la
nutrida mesnada del famoso mercenario entrara en su totalidad en la ciudad. Así
pues, Alvar Fañez de Minaya, lugarteniente
del Cid, quedó esperando órdenes acampado en el monte de Leganitos junto a trescientos de los caballeros más
temidos de la Cristiandad y de la Morería.
Todo
parecía miel sobre hojuelas en la corrida. Los caballeros cristianos se lucían
y no menos lo hacían, picados en su amor propio, los hijos de Mahoma. Pero don Rodrigo, que no había cesado de
echar sugerentes miradas al tendido de presidencia, y más concretamente al
vertiginoso escote de Zaida, la
preferida del harén de Alí-Atar,
metió la gamba hasta el fondo al brindar la muerte del último morlaco del
festejo a la bella odalisca. Soltó Mio
Cid a la mujer del morabito, asina, a bocajarro, “que estaba más buena que mazapán”, y que de no ser su señor quien
era, “despojárala de sus atavíos e hiciérala
sayón de saliva, y luego”. Y va y díceselo el achulanganado mercenario en
la propria cara del celosón gobernador y en su propria idiomada:
Al
decir tan grande burrada Mio Cid, el
señor Atar no pudo por menos que
mandar llamar a su lado a la Guardia Mora.
- ¡Ajak baj akbaj bah, balab, n´dalá la
gagjjj! - dijo el Mulá
Cadí en su gargajosa lengua, como empalagado de aljanfores y ajonjolíes,
anegado en arcadas.
- ¡Buaj kabá! - concluyó - y echó un
sustancioso escupitajo a los cascos de Babieca.
Por
si acaso el de Vivar no se había coscado de la movida, el dignatario almohade se lo
tradujo:
- Pasiado
tú tries aldeas, paisa. Castiya e Al-Andalus mesma cosa es, pero afrienta limpiá
menester...
- ¡Tuamí vasé Mamad Jiad! - exclamó El Cid, desafiante, utilizando la
ancestral expresión que significaba "Tú
a mí me vas a hacer la madre de todas las mamadas, especie de cagarruta de
camella".
El
Mulá Cadí explotó en santa cólera.
- ¡Tebaj-k´Gar, Al- Mamoun, Mamá-Leilú-Yia!
(Te vas a cagar, mamonazo, por la gloria
de mi madre)
Los
infieles sarracenos, blandiendo sus enormes cimitarras, saltan al albero para
prender a don Rodrigo Mio Cid, quien
se apresta a morir matando, pero su hueste, que recelosa se había ido acercando
a las murallas, acude a socorrerle.
Retomemos en este punto los bellos
versos de Moratín:
Cuando tras 2 horas y 20 minutos de bofetones, explosiones, disparos,
sonrisas y lágrimas, la película acaba y te quedas con ganas de más, eso es que
te has divertido. Y mucho. “Los Vengadores” (Joss Whedon, 2012) es un circo en el
que todos los números son únicos, sorprendentes y espectaculares, y además
están habilidosamente entrelazados entre sí. El maestro de pista de
este desmesurado circo no es otro que nuestro friki de oro: Joss Whedon. Es más que evidente el
acierto de MARVEL al ponerlo al frente de este ciclópeo macro-proyecto. Whedon es, ante todo, un guionista que maneja los diálogos, la interacción entre
el elenco y el sentido de la sorpresa narrativa como nadie; Es sin duda el
marionetista ideal para manejar los hilos de unos personajes que hace suyos
desde el principio y que consigue que nos caigan bien, incluido el villano de
turno, que como no podía ser de otra manera para la primera aventura de los
Vengadores, es Loki, el dios nórdico
del mal. Lo más atinado de esta cinta, a mi modesto entender, es que no intenta
ser una obra de autor, aunque sin pretenderlo lo ha conseguido, ya que tiene un
aire muy de Whedon, familiar para
aquellos que han visto sus anteriores trabajos. En ningún momento se pretende
supeditar la profundidad de la psique de los protagonistas a lo que siempre
hemos demandando desde siempre los fans de las películas de superhéroes: aventuras,
fantasía, acción a raudales, peleas por doquier, risas, diálogos con chispa, drama,
muertes, heroísmo... lo queríamos todo y
por fin lo tenemos. Aquí la acción es la estrella absoluta. Todos se mueven por
y para el espectáculo. No se trataba de hacer una película basada en un cómic,
como han hecho casi todos sus antecesores, sino en reescribir el cómic en la
pantalla. Misión conseguida: MARVEL nos ha presentado a sus monstruos de feria
como nadie. Hulk es más Hulk que nunca, Iron Man sigue creciendo como personaje día a día, gracias a un Robert Downey jr inmenso; la preciosa Viuda Negra hace honor a su nombre,
venenosa y letal; Ojo de Halcón
vuelve a sus orígenes, de villano forzado a héroe; el Capia lo suyo, heroísmo y sacrificio en estado puro; Thorpartiéndose la cara con amigos y
enemigos; Furia haciendo ejercicio físico y disparando ¡Por fin!... hasta Coulsony Hill tienen sus momentos. Y como no, el bueno de Stan Lee, en un cameo genial.
Así da gusto ir al cine, señoras y señores. MARVEL ha
logrado con estos “héroes más poderosos de la tierra” que todos salgamos del
cine con una enorme sonrisa, o lo que es lo mismo, un poco más felices. Gracias,
Whedon, gracias MARVEL, gracias Cine.
Rafael Martínez Sainero.Pirata2012
Cuatro preciosos carteles de autor, con los 4 vengadores más famosos de la historia de este gran grupo.
Un
servidor y 40 maromos más asistíamos a clase de Lengua en el Instituto Nacional
de Bachillerato “Calderón de la Barca”.
Pongamos que hablo de Madrid, una fría mañana del año 1973. “LaPato”,
la maciza profesora de la materia en cuestión, escribía en la pizarra oraciones
con pronombres, verbos y adjetivos varios. A mí el único adjetivo que se me
venía a la cabeza era “aburrido”. Justo delante de mí “El Batu”, compañero a la par que delincuente en ciernes, parecía
absorto en la lectura. Alucinado en grado sumo, pues hasta aquel momento
hubiera jurado que el Batu no sabía leer, le pregunté si estudiaba para el
examen. Se rió por lo bajinis y de entre las páginas del libro de texto sacó un
extraño tebeo, que según supe después había mangado en el kiosko camino de
clase.
– Quédatelo – me dijo mientras me lo
pasaba por debajo del pupitre – Yo ya lo
he leído.
Entre
mis manos tenía un curioso librillo mal editado, con las cubiertas de cartón
barato y las páginas interiores de un papel amarillento de ínfima calidad. “Novela
Gráfica para Adultos” ponía en la portada. Yo, que hasta aquel entonces solo
leía el “Mortadelo” y al Capitán
Trueno, y que asociaba la palabra “adultos” únicamente a pornografía, me
asusté un poco. La verdad, una portada llena de señores musculosos embutidos en
mallas de lycra daba qué pensar.
Pero fue
abrir la novela gráfica para adultos y un universo nuevo se abrió ante mis
adolescentes e impresionables ojos. ¡Los personajes no solo vestían mallas ajustadas
sino que algunos estaban medio desnudos!... Y lo mejor: además de estar irremisiblemente tarados
por absurdos problemas existenciales, todos se “hostiaban” sin parar durante
ciento y pico páginas utilizando unos extraños superpoderes surgidos de todo
tipo de bidones radioactivos caducados, rayos cósmicos, rayos gamma, microondas
escacharrados o lo que fuera. ¡Cómo molaba! ¡Aquello no era un tebeo, aquello
era una bomba de tiempo!
Nunca se
lo agradecí suficientemente al “Batu”. Me acababa de salvar la hora de “Lengua”
y por si fuera poco, me había presentado un nuevo vicio que a partir de aquel
instante pasaría a formar parte de mi vida: Los cómics MARVEL de Ediciones
Vértice.
Estos
comics eran muy extraños. No estaban editados en el formato original del típico
“comic-book” USA, sino que estaban adaptados a un tamaño menor, más o menos
como una novela de bolsillo, con 128 páginas, muchas más que el original
americano pero con el mismo contenido. Para estirar el número de páginas, los
chicos de Vértice recurrían a unos trucos sucios y a unas chapuzas del todo
ignominiosas. Colocaban la viñeta original en el centro de la nueva página y
rellenaban el espacio que faltaba con bocadillos y textos más grandes, o ponían
líneas tipo explosión alrededor, o rellenaban de negro directamente… También se
diferenciaban en que eran en blanco y negro. Pero lo más peculiar de esta,
valga la “rebuznancia”, peculiar adaptación, era que les daban una caja de
rotuladores “Carioca” negros a una panda de discapacitados de centros de terapia
ocupacional para que completaran en la versión española las figuras de los
personajes que quedaban cortadas en los recuadros de las viñetas yanquis. El
resultado era de fliparlo en colorines. Así, una pierna perfectamente dibujada
por John Buscema o Jack Kirby, tenía el pie completado,
pongamos por caso, por Anastasio Calasparra.
Este fenómeno era conocido en nuestro círculo como el efecto “Amorfo Flemitis” y siempre nos daba la
risa floja.
Fueran una
puta mierda o no, el caso es que a partir de aquel día quedé completamente
fascinado, arrebatado del todo por aquellos tebeíllos… Como el yonki en busca
de su dosis, todos los días bajaba corriendo al “Puestecito”, como lo
llamábamos en mi casa, que no era otra cosa que un local pequeñísimo y cutre en
el que vendían sobres de cromos, álbumes de cromos, pipas, regalices, caramelos
y, cómo no, los tebeos que colgaban de una cuerda no muy tensa, sujetos por
pinzas de tender la ropa. Un auténtico paraíso. Allí compraba por 5 duros (25
pesetas – 5 céntimos de €) los ejemplares nuevos. Y cuando no había tanta pasta
en el bolsillo, cambiaba los que ya había leído por otros que, dado su sobado
aspecto, había leído todo Madrid menos yo.
Así pude
conocer a gente tan interesante como Conanel
bárbaro, Spíderman, Dan Defensor (que así interpretaba el
lúcido traductor de Vértice las 2 “dés” del superhéroe ciego Dare Devil) La
patrulla X, Los 4 Fantásticos, El Sargento Furia, 2 pistolas Kids, etc.
Pero de
entre toda esa pléyade de héroes había unos que me engancharon del todo. Según
cita la leyenda: “Y entonces llegó un día, un día muy diferente a cualquier otro, en el
que los héroes más poderosos de la tierra se unieron contra una amenaza común,
para luchar contra un enemigo al que ningún héroe podía vencer en solitario.
Ese día, nacieron Los Vengadores”.
Los "Vengatas" nunca se han caracterizado por su carácter afable.
Aquí les vemos a las puertas de un centro comercial el primer día de rebajas
Todos
los conocéis ya sobradamente. Sus miembros fundadores son: Thor, el dios del Trueno, alias
“ricitos de oro”; Iron Man, el
hombre de hierro, alias “cabeza lata”; “Cap”
América; El increíble Hulk, más conocido en mis tiempos como
“La Masa”; El hombre hormiga y la
guapa Janet Van Dyne, o sea La Avispa, que fue quien le puso nombre al equipo.
Luego llegaron el siempre quisquilloso Ojo de Halcón, Mercurio, La Bruja Escarlata,
Goliat, La Pantera Negra, Hércules,
La Visión, etc…
Para este que suscribe, los
domingos por la mañana eran la gran fiesta. Me iba al Rastro con mi asignación semanal y la
fundía en comprarme los números atrasados que me faltaban para completar la
colección.
Inspirados
por las aventuras de Los Vengadores,
los más frikis de la clase nos dedicamos a dibujar historietas con nuestros
propios superhéroes. Así, Eduardo
Mellado, alias “El Sapito” pasó a transformarse en “Atom” una curiosa mezcla entre Spíderman
y el Hombre de Hierro, con
sorprendentes poderes de fisión molecular. La identidad secreta del “Charly” pasó a ser “Super Furia”, y a un servidor le
crecieron alitas tipo el casco de Thor
en un cabezón de calavera, lo que me convirtió en el poderoso “Pirafebo”. Todos juntos unimos nuestras
fuerzas a las de Martínez del Teso
(“El misterioso Muerto”) y así
nacieron “Los Vencedores”.
Posteriormente, y bebiendo de las mismas fuentes, surgiría el éxito de los “Los Invencibles”, pero de ellos nos encargaremos
muy pronto con mayor detenimiento.
Han
pasado 30 y tantos años desde aquellos felices días de tinta y papel, y por
fin, gracias a la ciencia, que adelanta cada día una barbaridad, el viernes día
27 de abril se estrena en España la peli de "Los Vengadores", podré equiparme con mi barreño de palomitas e ir al cine a ver a mis héroes de la infancia en movimiento.
Pero
no siempre fue esto posible. La historia del séptimo arte no ha podido mantener
un verdadero romance con la del noveno hasta hace muy poco tiempo. La
primera adaptación a la pantalla grande de un héroe Marvel es la del Capitán América y fue en 1944, en
plena guerra mundial. Se trataba de un serial barato que contaba con un
presupuesto cercano a los 20 dólares, de 15 episodios protagonizados por un tal
Dick Purcell, que interpretaba a un
Capi con pinta de mamarracho trasnochado. Los briosos guionistas, en un alarde
de originalidad (o para ahorrar) le quitan al capi su escudo y se lo cambian
por una pistola. Era una serie muy bizarra, en la que el malo maloso, llamado “El Escarabajo” tenía un arma
definitiva: ¡El vibrador dinámico! Cuentan
las malas lenguas que Purcell
organizaba orgías desenfrenadas en su mansión de Los Ángeles. Falleció pocas
semanas después del rodaje del serial, el 10 de abril de 1944, seguramente de
un infarto provocado por el uso desmedido del arma que había arrebatado a su
archienemigo.
Aquí
os dejo unos magros fotográmas que no tienen desperdicio.
Después
de aquello, lógicamente, pasó mucho tiempo antes de que alguien se atreviera a
adaptar algún cómic de la factoría de las ideas a la pantalla, concretamente
hasta 1978, cuando una masa de músculos y anabolizantes, de 138 k. de peso y 1,98 m. de altura llamada Lou Ferrigno dio
vida al Increíble Hulk en una serie
televisiva.
Y como guiño a la cinta de “Los Vengatas”, he aquí una escena del inolvidable episodio en
que el coloso esmeralda y el dios asgardiano, por llamarlos de algún modo, se enfrentan entre ellos... ¡Cosa fina!
Momento álgido de la pelea más casposa de la historia de la TV, cuando
Hulk amenaza a Thor con subirse a un banco y hacer una mancuerna. ¡¡Gruuuuuuño!!
Bill Bixby como Bruce Banner, Lou Ferrigno como "Hulk"
y un individuo disfrazado de Super Oveja
Ese
mismo año, que Dios confunda, se me ocurrió entrar en el cine a ver una versión de “Spíderman” protagonizada por un cabezón tirillas llamado Nicholas
Hammond. ¡Aun tiemblo solo al recordarlo! Unas peleas de vergüenza ajena, coreografiadas por “moñoños”
de cotolengo, solo a la altura de las peleas de míticas cintas de Ralph Martin rodadas en 8 milímetros para
la “Pirat Films muy Limited”, tales
como “Mini Kung-Fú – La Mansión del
Diadlo” y otras.
Aquel
visionado nos dejó marcados a mí y a mis hermanos, que me acompañaban en
aquella tortura. ¡Ríase usted de los traumas de los supervivientes de los
campos de concentración nazis! Para mayor INRI, justo en la fila de delante,
una familia numerosa daba cuenta de unos apestosos bocatas de gallinejas,
haciendo un ruido infernal mientras les quitaban el papel de periódico. Aun
tengo pesadillas al rememorar el ruido que producían mientras masticaban todos
al unísono el bolo alimentico en su cavidad bucal, superando por muchos
decibelios los efectos sonoros del todavía incipiente Dolby Surround de la peli. Aquello era dantesco… ¡Parecían los Gremlins viendo “Blancanieves”!
-¡Ñam,
groumfg! ¡Máma, pásame las pápas! ¡Ñamgh, ñam! ¡Endevé el payo risión con el
pijama el Barça y la redesilla las naranjas por la chola!- gritaban a
voz en cuello y se partían luego la caja (¡Ja, ja, ja, ja!) mientras ponían
perdida de perdigones de miga de pan y entresijo a medio deglutir la nuca de
los de la fila de enfrente.
Todo
esto, unido al engendro que se proyectaba, hizo que todos los espectadores (salvo la familia
Trapisonda, que al menos había merendado) saliéramos del cine babeando como
zombis, sin apenas poder articular palabra, urgidos de una terapia post
traumática que nunca llegaría dados nuestros posibles.
Los tres chinos de los palos entrenaron posteriormente al mismísimo Jet Lee
Paralelamente al lanzamiento USA, los “japos” estrenaron un producto similar, mucho más digno y completamente bizarro. El Spiderman
del Sol Naciente era una curiosa mezcla entre el universo del tío Stan, Godzilla y los Power Rangers. Al menos tenía gracia.
Cuando la máscara se le pone delante del careto y lo del gato negro es de ovación de gala.
Pero
la pesadilla no acaba aquí. El año siguiente, en 1979, se ruedan dos episodios
piloto para una serie televisiva. En este “Captain America”, de Rod
Holcomb, el glorioso vengador de las barras y estrellas es
transformado en un motorista hortera con escudo transparente de plexiglás.
Alucina pepinillos con el leotardo/calzoncillo marcando paquete del gachó… ¡Coño, pero mira
qué casco, joder, que parece la hormiga atómica, colega! El hecho de que el supervillano de turno
fuera el mismísimo Christopher Lee
dando vida a un general de república bananera, no salvó de un estrepitoso
fracaso absoluto a esta “superproducción”. Aunque los capítulos pilotos no
pasaron el corte en los USA, los muy cabronazos de la productora se las
arreglaron para colocar el bodrio a diversos países europeos, donde se proyectó
en varios cines que fueron apedreados tras la proyección.
En
1990, un entusiasta llamado Salinger
vuelve a las andadas con una adaptación al cine del Capi. Esta vez con un uniforme
pasable, aunque de plástico gordo, que el actor tuvo que sudar más que un
luchador de sumo en Écija. Lo peor, que el escudo se notaba que era
también de plasticazo. Y la cara del
supuesto Cráneo Rojo parecía una ¡Almendra
Garrapiñada! Los decorados eran unas cortinas rojas tochas (para ahorrar) y
cruces gamadas recortadas con cartulina. Lo digo en serio, me encantaría
tenerla.
Ocho
años más tarde (1998) ve la luz “Nick
Fury: Agent of S.H.I.E.L.D”, con un DavidHasselhoff
muy en su papel supermacarra mascapuros. Al menos el logo de S.H.I.E.L.D. está bien
hecho.
Pero afortunadamente todo ha
cambiado… Arribó el nuevo siglo y con él la tecnología digital. MARVEL se hizo con su
propia productora de cine y llegaron “Iron
Man” (Jon Favreau, 2008); “The Incredible Hulk” (Louis Leterrier, 2008); “Iron Man 2” (Jon Favreau, 2010); “Thor”
(Kenneth Branagh, 2011); “Captain America, the first avenger” (Joe Johnston, 2011)… Y por fin, el 27
de abril…¡¡ “Los Vengadores” (Joss
Whedon, 2012)!!
Yo
no creo en dioses, si acaso en el cimmerio Crom
de Conan el Bárbaro, pero tal y como se oye en el trailer de la peli, en
la profunda voz de Sam L. Jackson: ¡Yo
aun creo en los héroes! Así pues, compañeros, nos vemos en los cines…
Esto promete… ¡¡Vengadores, Reuníos!
Rafael
Martínez Sainero.
Pirata 2012
Para
ir abriendo boca, aquí os dejo unas viñetejas de mi cosecha, en un homenaje a los
personajes de la peli, unos posters fotomontaje fan que me curré en su día y unos carteles
preciosos de La Viuda Negra
(ilustrado por Olly Moss) y de Hawkeye (ilustrado por Tom Whalen) ¡Ah, y el cartel de los
Vengatas que ha sacado Lego, que mola mucho más que el de verdad de la peli!
Por si no está claro
ya, todos los personajes, logos, frases, parecidos con la realidad y demás
parafernalia,
son propiedad de MARVEL, faltaría más.
Gracias a Lego, a Migui Comics y, sobre todo, al Hombre Almendra Garrapiñada. ¡Excelsior!